Columna: LO MÁS IMPORTANTE DE LO MENOS IMPORTANTE
Hay un tratado del físico, Thomas Kuhn, que dice: “No hay revolución sin previa crisis.”
Nos habla que dicha revolución emergerá no solamente de la capacidad de resolver problemas, si no que requerirá la pérdida de fe en algo, para así poder buscar y encontrar la evolución necesaria.
Este tratado es aplicable a la ciencia, pero también a la vida cotidiana; la misma naturaleza tiene patrones de conducta, de crisis, revolución y evolución, lo mismo aplica al comportamiento del ser humano dentro de cualquier sistema.
Entonces es necesario entrar en una crisis o tocar fondo para poder abrir la perspectiva y buscar ese cambio que nos lleve a la mejora, algo sucedió el domingo en la cancha del TSM, después que el equipo de la Comarca Lagunera lograra aquel agónico primer punto del torneo, con camión atrás y pidiendo la hora para que el encuentro terminara, se veía ya una pequeña mejora en la actitud de los jugadores, esa entrega que se le pide a todo aquel que viste los colores del equipo, cosa que no se había notado en el terreno de juego en encuentros anteriores.
Fue ahí donde Nacho Ambriz, rompió sus primeros paradigmas, debutando a dos jóvenes de los cuales les hablé la columna pasada, Jonathan Pérez, un central joven que, ante la expulsión absurda de Santiago Núñez, tuvo suplir el lugar del argentino haciéndolo de una manera estupenda y a mi punto de vista, mejor que el extranjero. El otro joven un pequeño guerrero, nunca mejor aplicado ese mote; es un jugador de muy baja estatura, de momentos parecía que un niño, se encontraba jugando con los grandes en el patio de la escuela, pero todo lo eso lo cubre con el pundonor, garra, ubicación en el campo y habilidad para distribuir el juego, su nombre es Luis Gutiérrez.
Se llegó el turno de enfrentar al Necaxa en un juego que parecía nos volvían a atrapar los mismos fantasmas que nos han agobiado los últimos 15 encuentros, donde no se pudo obtener la victoria. Ante una escuadra de Fentanes, que si bien no era el más propositivo, es un equipo ordenado y con la suerte de cara al gol, menos la del moreno Diber Cambindo, que se cansó de errar frente al arco. Fue así que ante otro penal cometido de la manera más infantil, por Ramiro Sordo, jugador que hace algunas fechas había sido de lo mejor para el Santos, una desatención en la defensa provocó que la escuadra de Necaxa se adelantara en el marcador.
Es ahí donde el timonel del cuadro albiverde rompe su segundo paradigma, casi para finalizar el primer tiempo, quebranta una regla no escrita en el fútbol, sustituir a tus jugadores durante el primer tiempo, para no evidenciarlos frente a la afición, pero ante crisis extremas, revoluciones radicales, fue así que decidió cambiar a Sordo, el cual se había equivocado de manera absurda y al español Villalba, que lució perdido dentro del terreno de juego, mandando un mensaje entre líneas a sus jugadores, “o te aplicas o te vas”.
Fue entonces cuando cambió su tercer paradigma, su manera de jugar, lo había platicado en una columna anterior, que Fagúndez, mediocampista con habilidades para repartir juego y de disparo potente, con la habilidad de sacrificarse dentro del campo; si bien habría acatado los deseos del técnico en juegos anteriores, se notaba que al momento de ofender, siempre llegaba falto de idea al momento de decidir.
Esta vez, al hacer los cambios, liberó al uruguayo de las labores defensivas y lo dejó libre para la creación de juego, puso dos delanteros en el ataque,y dos volantes por las bandas, para así lograr un mayor amplitud del juego, y con esa libertad para jugar en la media punta, Fagúndez logró abrir el marcador para los guerreros con un potente disparo, viniendo así una remontada a la vieja usanza, aquellas a los que los Guerreros de antaño nos tenían acostumbrados.
Con el gol de otro canterano, hijo de una leyenda del cuadro de la Comarca, “Lorito” Jiménez, Tahiel Jiménez marcó un dramático gol sobre la hora, para dejar los tres puntos en casa, dándole el fútbol la oportunidad de revancha, ya que en su debut fue manchado por una gris derrota, el torneo pasado frete a la escuadra de Aguascalientes.
Si bien la victoria fue mucho de la mano por lo que dejó de hacer Fentanes, cuando sintiendo seguro el marcador, sacó a sus mejores hombres de ataque y al no haber reforzado el medio campo defensivo, dejó abierta la posibilidad al cuadro de la Comarca Lagunera. Hay que reconocer la capacidad de Nacho Ambriz para cambiar su manera de ver el juego y vencer sus dogmas, para el mejor accionar del equipo.
Siempre existe la posibilidad de mejorar y si tienes la mente abierta al cambio y las infinitas posibilidades que el mismo te da, se puede sacar provecho de las situaciones adversas, siempre hay una pequeña luz al final de un callejón oscuro, estoy seguro que poco a poco, Santos volverá a ser aquel equipo aguerrido protagonista al que era un espectáculo ver dentro del terreno de juego, mientras eso pase, aquí seguiremos escribiendo de lo más importante, de los menos importante.
