Por: Cristian Palomares
Hoy tocaba hablar del Santos Laguna, pero lo único atípico en el juego de ayer contra los Pumas de la UNAM, fue el clima y una mejora defensiva en el cuadro lagunero, de ahí en más, sigue siendo inoperante al ataque, espero que los refuerzos lleguen a ser realmente eso, y tal vez, veamos la luz al final del túnel, pues son ya varios partidos donde la oscuridad del funcionamiento de Santos parece no tener tiene fin.
En fin, ya habrá más columnas para hablar del once Albiverde y Nacho Ambriz. Vayamos a la crema y nata del balompié porque hoy se vivió unas de las máximas fiestas en el mundo de fútbol, la final de la Eurocopa 2024 disputada entre España e Inglaterra, dos países aún regidos por la monarquía, entonces así, entre princesas, príncipes y luminarias del fútbol se dio la decimoséptima edición de “La Euro”, coloquialmente conocida.
La final se celebró en uno de los principales monumentos del Tercer Reich alemán, el Estadio Olímpico de Berlín, el cual fue administrado por los ingleses después de la guerra, que en esta ocasión no pudo ser dominado por los mismos. Curiosamente fue conquistado por un país aliado del fascismo en aquella época; España llegó, vio y conquistó su cuarto título europeo, factor por el cual se convierte en la selección más ganadora de dicha justa.
Vimos un cuadro español fresco, combinando nuevas y viejas figuras, dominando ante sorpresa de la mayoría un juego que por momentos se tornó emocionante; el fútbol moderno es cada vez menos de ello, porque predomina la estrategia sobre el juego.
Curiosamente, España, donde aún se guardan viejas costumbres sobre el fascismo, como lo son el racismo y la xenofobia, en cuestiones futboleras, fue llevado de la mano de dos jóvenes descendientes de familias de migrantes a ser el país más ganador de la Eurocopa, hablamos de Nico Williams y el jovencito Lamine Yamal, este último resalta con la gracia histórica de superar nada más ni menos que al Rey Pelé, en ser el jugador más joven en disputar un torneo de selecciones.
Finalmente, Williams y Yamal fueron participes en el primer tanto del cuadro español en la final, así como ser piezas fundamentales durante todo el torneo para lograr que España fuese el primer equipo en ganar un campeonato sin perder un solo partido de la competición. Por su parte los ingleses se convirtieron en el primer equipo en disputar una final viniendo de marcadores adversos en sus anteriores encuentros.
Esta vez la final no tuvo un desenlace de película, si bien el cuadro inglés logró emparejar los cartones por conducto de Palmer, un emergente que tuvo poca participación en la copa y así lograr tener el control del partido por algunos minutos, España supo reponerse rápidamente y volver a tener del dominio del partido, y en pocos minutos Oyarzabal, logró poner a la Furia Roja en ventaja para ya no perderla en el juego.
Es curioso que el máximo referente y goleador de la selección inglesa, no haya podido levantar ningún título en su carrera profesional, ya se habla de la maldición de Kane, perdió en un final de fotografía con el Leicester City, una Champions vs Liverpool, ahora una final frente a los españoles, como curioso también lo es, que la tierra donde se inventó el futbol como tal, nunca haya podido conquistar una Eurocopa.
Así, Inglaterra se convierte en el primer equipo en perder dos finales consecutivas, la primera contra el cuadro italiano y ésta.
De alguna manera hoy ha ganado el fútbol. La propuesta fresca y arriesgada de los españoles logró imponerse al experimentado cuadro inglés y su táctica conservadora, tan conservadora que aun estando en desventaja, no fueron capaces de cambiar su estilo de juego y poner dos delanteros para tener un ataque más potente.
Esperemos que esta tarde Colombia y su fútbol dinámico, logren vencer el estilo canchero de los argentinos en la final, pero de América, y sea una de las veces que reine el romanticismo en el fútbol, esperemos pues qué pasa esta tarde y nosotros seguiremos hablando de lo que nombró Valdano, como “lo más importante, de los menos importante”.